Sección: Fortaleza de los Escritos
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En ediciones anteriores escribimos sobre la catedral gótica de Chartres y en esta terminaremos de hacerlo.
En el primer artículo les contamos sobre los orígenes del lugar donde se asienta este templo, sobre la Virgen Negra, los druidas, galos y peregrinos cristianos que la visitaban. Hablamos sobre su construcción, ubicación, sobre la piedra y la madera que en ella conviven y armonizan. También conocimos sobre los Templarios y su vínculo con los secretos y enigmas de esta catedral y con la Orden del Cister. Para descifrar sus secretos, nos adentramos en ella y verificamos sus medidas, revisamos sus asombrosos vitrales, estudiamos al arte gótico y su desarrollo en toda Francia.
En el segundo artículo analizamos a la catedral usando sus medidas y concluimos: Son muchos números y cálculos, lo entendemos, pero lo que queremos que comprenda nuestro lector es que esta obra de arte arquitectónica fue iniciada en 1194 y tan solo se demoró 26 años en ser terminada. El maestro constructor tenía todo este conocimiento en su cabeza, conocía cada una de estas medidas, proporciones, ángulos, incluso coordenadas geográficas. ¿De dónde obtuvo esa información, quién se la proporcionó? Chartres como otras catedrales son el resultado de un conocimiento secreto y porque no decirlo, divino.
En el tercer artículo continuamos asombrándonos con los secretos y misterios que guarda esta obra arquitectónica. Relatamos su misterio musical, lumínico y conocimos a los Compañeros quienes levantaron esta espectacular catedral.
Finalmente trataremos de saber cómo financiaron la obra, sabremos más secretos de su rosetón y analizaremos los vínculos con la pirámide de Keops y el Templo de Salomón.
El Tesoro del Temple
¿Estaban los constructores solamente protegidos por el Temple o esa fue una misión impartida a la Orden por San Bernardo?
Antes del Temple no se construyeron grandes iglesias salvo abadías, la iglesia de Fulbert es una excepción, Nuestra Señora de Paris ocupa el sitio de tres iglesias anteriores y ya París era una gran ciudad. La mayor parte de la ciudades de Francia, sobre todo Loira, son pequeños burgos, sin dinero, si algo se construye son murallas para protegerlas. En grandes ciudades como Ruan, las cosas se hacen por contribuciones de los más pudientes.
¿Cómo se pudo construir en pocos años, todo a la vez, en Paris, en los pequeños burgos, tan magnificas construcciones?
¿Milagro? No. Dos cosas son las que ocurren, una histórica y otra que no figura en los manuales.
Histórica, las Cruzadas, las ganancias aumentan, pero esto es insuficiente sin una organización bancaria que enfrente las dificultades de pago de los trabajadores y también que pueda proporcionar medios de transporte y herramientas.
La grandes Órdenes religiosas poseían riquezas, pero las usaban para ellos mismos, por ejemplo Cluny o Saint Denis. Solo una Orden podía transformarse en banqueros-tesoreros, la del Temple. Los caballeros no podían asumir el cometido, tenían riqueza, pero no bastaba. Solo podían prestar dinero, el resto debí a venir del pueblo y el pueblo tenía que enriquecerse. Sin pedir apoyo a reyes o religiosos, fundaron un sistema político-económico, que se hubiera continuado, podría haber elevado mucho más a la civilización occidental.
En 1128 regresan los Templarios de Tierra Santa y se presentaron en el Concilio de Troyes, ahí pidieron ser constituidos como Orden Religiosa y les fue dado con regla monástica. San Bernardo redactó una regla de monjes-soldados, en esencia religiosa, su hábito se asemejaba al de los cistercienses y en su esencia militar a las prescripciones caballerescas del Ramo Rojo de la Irlanda Celta (Gudiulain).
Se concibió para que llegar a ser una Orden rica y poderosa. Sencillo, la Orden recibía, pero nunca daba, salvo limosna. Los únicos regalos que podía hacer un caballero eran ropa usada y un perro. No pagaban rescate si había rehenes, Templario capturado era ejecutado. En algunos años el tesoro del Temple se hizo impresionantemente grande, en tierras, beneficios, numerarios, créditos. El manto, la cruz, las espadas, la guerra en Oriente, nos han hecho olvidar que los Templarios eran excelentes agricultores. Cerca de su desaparición, principio siglo XII, poseía en Francia cerca de mil Encomiendas con varias granjas, cultivadas por Mesnie du Temple, no eran fortalezas, eran granjas llamadas Recintos del Templo. Gracias a los privilegios otorgados por el Papa eran un Estado dentro del Estado. Gracias a sus granjas escaparon del hambre y eran las bases de la acción de los Templarios en Occidente.
Su primera misión fue proteger a los peregrinos que se dirigían a Jerusalén. Todo hombre no noble o siervo era villano, si no poseía franquicia podía ser requisado y puesto a trabajar por el señor de las tierras por las que cruzaban. Los monjes transitaban sin peligro, no así los mercaderes. Las granjas tenían una hospedería llamada Hopitot, así se crean las rutas templarias permitiendo la libre circulación. Un claro ejemplo de Encomienda es Sours, cerca de Chartres, de aquí se extrajo piedra para Notre Dame. Toda Encomienda tenía un embalse, los Templarios comían poca carne, la almacenaban con alguna retribución. Crearon un mercado bajo su control, desarrollaron artesanías como en Provins. Su sistema económico consistía en hacer circular el dinero con mayor facilidad y lo más rápido posible, creando un banco para ayudar a esa circulación. Con esto se permitían un aporte directo mucho más importante que las tasas y colectas autorizadas por la construcción de las iglesias catedrales. Se enriquecieron con alquiler de almacenes, de su banca, letras de cambio, beneficios del claro por donaciones, colecta de impuestos del rey, contables de numerosos señores, obispos y el Rey, cuyo tesoro custodiaban. Su riqueza se hizo considerable.
Como no podían donar, prestaban dinero y de aquí su aporte a la construcciones de catedrales. A diferencia de los lombardos y judíos, ellos prestaban a tasas racionales, no existe ninguna queja de estos préstamos. Prestan principalmente a comerciantes y negociantes. Compraban tierra, y sin querer, arruinaron el sistema feudal, al punto que Felipe El Hermoso al iniciar su reinado prohibió esta acción durante algún tiempo, pero luego tuvo que dar marcha atrás.
Su riqueza pudo también venir de la alquimia, no solo transformado oro, sino de otros procesos químicos, incluso pudieron meter en Europa plata de las minas mexicanas. Muy poco se sabe de su flota, salvo lo de abastecer a Oriente.
En España los Templarios entraron en masa tras su disolución, en especial a la Orden de Calatrava y es en Calatrava donde Cristóbal Colón se alojó y halló las claves para comprobar su teoría sobre las Indias Occidentales.
En Portugal se creó la Orden de Cristo con Enrique el Navegante que se lanzó a descubrir los océanos y que sabía perfectamente a donde iba.
La plata de México se concentraba en la Encomienda de Sours. La plata escasea hasta 1100 y luego es corriente a finales de la Edad Media y el Renacimiento ¿De dónde vino? Minas alemanas desconocidas, en la Galia agotadas, en Rusia no se conocen y es aquí, tal vez, donde está el secreto de la construcción de Chartres, tan bien, tan rápido, tan fácil, a pesar de que no hay pruebas directas con el Temple.
Las Tres Rosas
La catedral ya no es lo que era, rompieron vitrales, cambiaron los porches, modificaron el coro, el altar dejó el lugar sagrado, primero por el presbiterio, luego por la intersección de los cruceros, abandonó la tabla mítica, la de cruz por la cuadrada. Todos reconocen a la catedral como una obra de realización estética, pero quien la construyó no solo pensó en esto, él hizo una catedral, construyó un monumento de arte religioso que tuviera en sí mismo poder de transformación sobre los hombres.
Pese a todos sus cambios el viejo atanor no ha perdido su poder.
Hay tres entradas en el pórtico norte de Chartres, pero una sola vía, las tres puertas desembocan en la nave.
En la derecha la puerta del Nacimiento, la preside María, sentada como la virgen negra, sosteniendo al niño, rodeada en los dovelajes por las siete artes liberales y por los sabios de la Ilustración. Entre ellos dos signos del zodiaco aislados, Piscis y Géminis. Géminis son los dos caballeros detrás de un solo escudo con carbunclo: los dos caballeros del Temple. Piscis, el tiempo de su reinado en esa forma.
En la izquierda la puerta de los Tiempos, presidida por la Ascensión de Cristo en una nube, sostenido por dos ángeles. En los dovelajes los signos del zodiaco alternados con los trabajos de los hombres y están los trabajos de los doce meses, pero no Piscis ni Géminis.
En el centro la puerta de la Fe Mística entre la del trabajo de la naturaleza y la del trabajo del espíritu. En el tímpano el Cristo Bendecido, entre los cuatro símbolos evangélicos alados. Corona los doce apóstoles alineados de tres en tres y en los dovelajes rodeando por ángeles y veinticuatro ancianos del Apocalipsis.
Encontramos las tres vías rematadas por la ojiva, la ojiva del pórtico de Chartres que también responde a su papel que el maestro de obras quiso conservar, el papel de poner de pie al hombre son olvidar su humildad.
Para entrar en la iglesia gótica el hombre se yergue y Dios lo quiso de pie. El hombre está de pie y camina al altar, remontando el curso de la corriente telúrica, el inefable de la tierra madre, de la Virgen Negra, de Santa Ana, de Nuestra Señora, junto a la tabla redonda, ante el Laberinto.
Existen otros laberintos como el de Amiens, Reims, destruidos por los que jugaban sobre ellos. Estos laberintos, dibujados en la losas, con sus trazos complicados son también llamados dédalos. Se habla mucho de simbolismo y laberintos, no hay duda que fueron símbolos alquímicos. Los laberintos de Chartres, Amiens, Reims, tienen un solo camino hacia el centro, fijado por el maestro de obras o el enlosador. Esto implica un empeño para que las personas se encaminen pro el dédalo, sigan por un trazado determinado, que recorran un camino y no otro, ese camino se recorre a un ritmo, según un ritual, pero no es caminar, es danzar. El laberinto es un camino de danza escrito en el suelo.
Se lo debía hacer descalzo, como una peregrinación para que los pies estuviesen en contacto con el suelo, acumulador de las virtudes de la corriente. Todo esto se entenderá mejor bajo la luz de las tres grandes rosas. No están ahí solamente por arte, fueron instaladas para que funcionen, forman parte del instrumento. Esto es muy claro si hablamos del gran rosetón occidental de Chartres.
El maestro de obras se enfrentó a un gran problema, conservar la fachada del pórtico primitivo de 1155, conservar la triple vidriera por la calidad de los vidrios e incluir una necesaria rosa de occidente. Para hacerlo distorsionó la bóveda entre las dos vueltas, pero de forma imperceptible. Esto nos indica que la rosa se colocó por necesidad, no por estética. Las rosas tendrían una correspondencia alquímica. La rosa representa la acción del fuego y su duración, los decoradores medievales trataran de traducir en sus rosetones los movimientos de la materia excitada por el fuego elemental como se puede notar en el pórtico norte de Chartres, en la rosa de Toul. Las tres rosas de Chartres están construidas en piedra ahuecada para insertar los vitrales y no como en otras catedrales por una construcción de piedra ajustadas.
En la intersección de los cruceros, en la tabla cuadrada, es donde mejor resulta el influjo simultáneo de las tres rosas. En el tiempo que existió la galería del trascoro, la luz de las vidrieras altas del coro no llegaba hasta ahí, pues, simbólicamente, la tabla mística está cerrada y solo se abre por una puerta estrecha. En el lugar de la tabla cuadrada es donde permanecían los caballeros cabalgadores de la cábala no admitidos a la entrada de la tabla mística.
Allí la catedral hablaba al cerebro. Tres vías desembocan en esa intersección de los cruceros, correspondiente a los tres estados humanos que han experimentado una evolución. La nave es el paso natural, el hombre no llegaba a la tabla cuadrada, la de la composición, sino tras haber recorrido la tabla redonda, después de haber conocido un cierto nacimiento, haberse despejado del egocentrismo para entrar en ceremonia con las fuerzas terrestres y cósmicas.
Por el crucero sudeste, pórtico de los Caballeros, que la custodian dos caballeros con los pies en escuadra, reservado para quienes estaban instruidos en la ciencia de las leyes y armonías naturales. Es el pórtico de los iniciados de la nueva alianza, la Era Cristiana. El Cristo que preside en el entrepaño de la puerta central es un Cristo decente. El libro cerrado que sostiene posee las exactas proporciones del número Áureo. En cambio en el que sostiene San Juan en la misma puerta, está dentro de las proporciones de la Tabla Mística ½.
La tercera vía discurre por el crucero noroeste al que se accede por el pórtico de los Iniciados. Este pórtico tiene vínculos místicos con la alquimia. En el entrepaño de la puerta central esta Santa Ana, la madre de la madre. Ana, madre suprema. Para los alquimistas es la matriz de donde todo ha salido y todo el pórtico está con ella, dedicado al cristianismo esotérico, con la puerta izquierda consagrada a la Virgen, pero cuyo tránsito, en el tímpano, hace pensar incontestablemente en los versos de Salomón con el que termina el Cantar de los Cantares. <<Oh, no despertéis a la Bella antes de que sea la hora>> En el pórtico derecho consagrado a las figuras del Antiguo Testamento que simboliza a Jesús, se observa que el tímpano está ocupado por Job en su estercolero. Solo un Adepto puede interpretar este pórtico. Los vitrales, las alargadas ojivas que hay bajo el rosetón no son menos explicitas. La vidriera del centro representa a Santa Ana llevando a la Virgen Niña, una Santa Ana de rostro negro que sostiene una talla de lirio florido. Rodeada por Melquiades, quien domina a Nabucodonosor, por David quien domina a Saúl, por Salomón quien domina a Jeroboam y por Aarón que domina a Faraón. Alusión alquímica evidente. Pórtico reservado a los filósofos, estudiantes de la piedra filosofal.
La tabla mística estaba encerrada en el coro y se hallaba a la izquierda del coro. Ahora, dos vías de acceso permiten ingresar allí. Una estaba reservada a los sacerdotes y se hallaba a la izquierda del coro junto al presbiterio. Frente a esa puerta el enlozado ha sido cambiado. La entrada también marcada con una tabla cuadrada, los sacerdotes pasaban por una representación de la tabla cuadrada, la tabla mística no admite ignorantes.
La Tercera Medida
Hay tres tablas al igual que tres planos en Chartres. Primer plano del recinto, dos dimensiones, su medida 0.82 m. Segundo plano es del vacío, arquitectura de elevación, solo importa nave central, ligado a posición de Chartres en el globo, es una organización de volúmenes, tiene tres dimensiones y su medida es 0.738. El tercero debe ser un plano de movimiento, Chartres se mueve, todo es movimiento, todavía hay que encontrar esta tercera medida, la secreta, la antigua, que es la de las pirámides y del Templo de Salomón. No hay que sorprenderse de la relación entre Chartres y la pirámide de Keops. La Cámara del Rey de la Gran Pirámide tiene las proporciones dimensionales siguientes: anchura 1, longitud 2, altura 1, 117. Si se multiplica estas cifras por 16.4 resulta: anchura 16.4, longitud 32.8, altura 18.32
Ahora bien. 18.32 x 2 = 36.64 y 36.64 m es la altura de la bóveda sobre el coro de Chartres, cuya tabla rectangular tiene anchura de 16.4 m y longitud 32.8 m. Es decir, las proporciones del coro de Chartres están ligadas directamente con la Cámara del Rey. Son monumentos distantes, no copiados, sino aplicación diferente de una misma ciencia y esto implica la posesión de una misma clave. La clave se la puede trazar en la historia desde las pirámides hasta Moisés quien grabó en las tablas de la Ley que pasaron a David y luego a Salomón con la que construye el templo. El documento de Damasco cuenta que el Salvador tuvo conocimiento de la misma. Los Adeptos persas no parecen haberla ignorado después de que el Islam tomó Jerusalén. Los nueve primeros caballeros la aportaron a la Orden del Cister que hizo extraer de ellas las tres Nuestra Señora. Por ahora está oculto hasta que reaparezca. Una Era desde pirámides al Templo de Salomón, una Era desde Templo de Salomón a Chartres.
Hemos terminado.
Quien quiera conocer esta historia con todos sus detalles puede leer el libro, El Enigma de la Catedral
de Chartres de Louis Charpentier.
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