La #ArquitecturaSecreta III - #CatedralGótica de #Chartres

Revista Abanico Ed.18
Sección: Fortaleza de los Escritos
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En las ediciones XVI y XVII de Abanico escribimos sobre la catedral gótica de Chartres y en esta lo volvemos a hacer.

En el primer artículo les contamos sobre los orígenes del lugar donde se asienta este templo, sobre la Virgen Negra, los druidas, galos y peregrinos cristianos que la visitaban. Hablamos sobre su construcción, ubicación, sobre la piedra y la madera que en ella conviven y armonizan. También conocimos sobre los Templarios y su vínculo con los secretos y enigmas de esta catedral y con la Orden del Cister. Nos sorprendimos al conocer que esta gran obra fue edificada en tan solo veinte y seis años. Para descifrar sus secretos, nos adentramos en ella y verificamos sus medidas, revisamos sus asombrosos vitrales, estudiamos al arte gótico y su desarrollo en toda Francia.

En el segundo artículo analizamos a la catedral usando sus medidas y concluimos: «Son muchos

números y cálculos, lo entendemos, pero lo que queremos que comprenda nuestro lector es que esta obra de arte arquitectónica fue iniciada en 1194 y tan solo se demoró 26 años en ser terminada. El maestro, o maestros, constructor tenía todo este conocimiento en su cabeza, conocía cada una de estas medidas, proporciones, ángulos, incluso coordenadas geográficas. ¿De dónde obtuvo esa información, quién se la proporcionó? Imagínense que ustedes tengan que construir algo (impresionante), cumpliendo una larga lista de requisitos (ángulos, medidas, proporciones, dimensiones, solsticios, etc.) y que al terminarlo sea algo asombroso y perfecto y no una cosa desproporcionada, fea y desequilibrada por querer cumplir con todas las exigencias. Esto es Chartres, y no solo esta iglesia, muchas otras catedrales son el resultado de un conocimiento secreto y porque no decirlo, hasta divino.»

En este tercer artículo continuaremos asombrándonos con los secretos y misterios que guarda esta obra arquitectónica. Les contaremos su misterio musical, lumínico y conoceremos a los Compañeros quienes levantaron esta espectacular catedral.

El Misterio Musical

A 37 m debía de elevarse la bóveda gótica y estar en armonía con su planta, y así lo hizo el constructor. El maestro dejó visible su trabajo, cuatro líneas horizontales señaladas por leves cornisas. Desde el piso hasta el inicio de la bóveda hay cuatro pisos que van disminuyendo progresivamente. La bóveda pasa a estar apoyada solamente en unas delgadas y pequeñas columnas, sin embargo, su verdadero apoyo está en los arbotantes que se asientan fuera de la catedral.

El primer piso o primera vertical inicia sobre los capiteles de las masivas columnas, el segundo empieza encima de las arcadas, el tercero queda marcado en la base de las grandes ventanas gemelas y el último inicia en la línea de pequeños capiteles, donde arranca la bóveda.

Las alturas de estos pisos solo se pueden conocer de forma aproximada, los varios cambios realizados a través de los años dificultan la tarea, pero la medida aplicada era la mitad del Codo de Chartres, 0.369 m. La geometría de la altura es totalmente musical. El piso más alto está situado a 25.50 m, aproximadamente. Si sobre el plano de alzada definitivo añadimos el punto alto en el ángulo de la base opuesta, obtenemos, con la base y el lado, un triángulo equilátero, uno de cuyos lados del ángulo derecho tiene 14.78 m y el otro 25.50 m, aproximadamente. Si calculamos la longitud de la hipotenusa, obtenemos una cifra muy aproximada a 29.50.

 
Ahora, el doble de 14.78 es 29.56. Podemos admitir, como primera hipótesis, que esa hipotenusa es realmente de 29.56 m, lo cual representaría, geométricamente, el octavo de la base de 14.78 m. Los pequeños capiteles de la base de la bóveda deberían entonces estar, no ya a 25.50 m sino a 25.56 m.

En medios codos de Chartres, la base sería de 40 y la hipotenusa de 80. El trazado en el suelo, con únicamente la medida y el tendel, daría la altura de los capiteles en el arranque de la bóveda. Ese triángulo rectángulo es la mitad del triángulo equilátero; es el «triángulo divino» de Platón, y esta comprobación platoniana conduce a la búsqueda de las medianas. Si buscamos la media aritmética entre las dos longitudes 40 y 80, obtenemos: (40 + 80)/2 = 60. Es el intervalo de quinta entre 40 y 80.

Y si ahora construimos, en el corte del plano de elevación, el triángulo rectángulo que tiene por base 40 y por hipotenusa 60, obtenemos, en el lado, un punto situado a √602 - 402= √2000 = 44.72. Ahora bien, 44.72 x 0.369 = 16.50. Y 16.50 m es la altura de la segunda línea horizontal, que está situada en la base del triforio. Quinta y octava. Esto conduce a buscar todos los intervalos de la escala. Como es sabido, en una escala, los intervalos de las notas no son iguales, sino que corresponden a relaciones, generalmente sencillas entre sí, y enteras. Con relación a la frecuencia de base, y para una escala menor, tras análisis, esos intervalos son: Para la segunda: 9/8. Para la tercera: 6/5. Para la cuarta: 27/20. Para la quinta: 3/2.

Para la sexta: 8/5. Para la séptima: 9/5. Para la octava: 2/1. Partiendo de nuestra «nota» de base, es decir, geométricamente, de nuestra longitud: 40, obtenemos: Para la segunda: 40 x 9/8 = 45 (en metros: 16.60). Para la tercera: 40 x 6/5 es 48 (en metros: 17.71). Para la cuarta: 40 x 27/20 = 54 (en metros: 19.92). Para la quinta: 40 x 3/2 = 60 (en metros: 22.14). Para la sexta: 40 x 8/5 = 64 (en metros: 23.61). Para la séptima: 40 x 9/5 = 72 (en metros: 25.56). Si, partiendo de uno de los ángulos en la base del rectángulo de elevación, llevamos esas líneas en hipotenusas sobre el lado opuesto, obtenemos, en este lado, en los puntos de intersección, las alturas siguientes: Para la segunda: (45) 20.612 (en metros: 7.60). Para la tercera: (48) 26.536 (en metros: 9.79) Para la cuarta: (54) 36.276 (en metros: 13.38). Para la quinta: (60) 44.721 (en metros: 16.50). Para la sexta: (64) 49.96 (en metros: 18.43). Para la séptima: (72) 59.866 (en metros: 22.09). La altura de los capiteles del coro, 9.79 m, corresponde a la tercera. La altura de la cornisa bajo el triforio, 16.50, corresponde a la quinta, y la altura de los capiteles de base de la bóveda 25.56, corresponde a la octava. La segunda no parece haber sido indicada. Es posible que la cuarta 13.38 m corresponda a la altura de la bóveda de los formeros. Sobre la cornisa que está en la base de las vidrieras altas subsiste una duda. Ninguna altura, ningún plano es muy precisos sobre su altura exacta.

De hecho, parece que en lugar de utilizar el intervalo de 9/5 para la séptima, intervalo de escala menor, el maestro de obras utilizó el de 14/8, que es un intervalo de escala mayor. Un especialista de la armonía resolvería sin duda este pequeño problema. En efecto, parece ser que, tras mediciones y cálculos, la longitud utilizada es: 40 x 14/8 = 70, o sea, en metros: 25.83, lo cual situaría la altura del cordón a 54.446, o sea, en metros: 21.19. Se ve perfectamente que, si bien el cálculo parece un poco complejo, la realización sobre diseño trazado en el suelo se efectúa con el máximo de facilidad con un tendel y una medida, por simple adición de medidas en la progresión: 40, 48, 60, 70, 80. Honradamente, es necesario prevenir que, por ser las medidas de elevación dadas por los diferentes autores muy imprecisas, es posible que se haya utilizado otra escala, lo cual trastornaría ligeramente las relaciones, salvo para el «tono» (intervalo de segunda) y la quinta, que son invariables. De ello se deduce que el desarrollo en altura, cuyas «etapas» están inscritas en las horizontales, se hace en armonía con la anchura de la nave central. Esa anchura está, a su vez, en armonía perfecta con todas las dimensiones del plano, tal como hemos visto. Y ese plano, a su vez, se halla en armonía con el lugar de Chartres (correspondencias con el cerro y la capa freática); con el paralelo de Chartres. Con la misma velocidad de rotación de ese lugar con la corteza terrestre, puesto que la distancia recorrida en una hora es de 1107 km, y que la longitud de la nave central es de 110.70. También la bóveda participa en ese desarrollo armónico y, lo que es más, introduce al hombre en él. Está, en efecto, construida sobre las bases del pentágono estrellado inscrito en el círculo, cuyo diámetro es la altura de la aguja. Ahora bien, si proseguimos la «escala» geométrica indicada por las alturas de las «horizontales», entramos en la escala superior, cuya longitud de base será el doble, la octava de la primera, o sea, en medidas, 80. El intervalo de segunda será: 80 x 9/8 = 90. El intervalo de tercera será de: 80 x 5/4 = 100. El intervalo de cuarta será de: 80 x 27/20 = 108.


Entonces, en el triángulo así formado, del que 108 es la hipotenusa y el lado menor 40, el lado mayor, es decir, la altura será de √(108)2 + (40)2 = 100.32; o sea, en metros: 37.018, que es la altura aproximada de la bóveda. Pero esa hipotenusa posee otra propiedad —que somos incapaces de analizar, pero cuya explicación y demostración no deben estar fuera del alcance de un buen geómetra—, esa hipotenusa, repetimos, corta el círculo en el cual se inscribe la estrella de cinco puntas en la punta inferior de esa estrella; punto que es precisamente uno de los puntos de la construcción de la bóveda; centro del arco de círculo que forma la semicurva opuesta de la bóveda. Así, el hombre, en su esencia, se encuentra incorporado en la armonía general y en la representación material que de ella da la catedral. Se comprende por qué hablábamos de la catedral como de un instrumento de acción sobre el hombre, en el sentido de una iniciación directa, de la forma más «natural» que cabe, sin vana palabrería teosófica.

El Misterio de la Luz

La luz es el vitral gótico, inexplicado, que duró únicamente durante el periodo del gótico auténtico. No parece vidrio común, sino una piedra preciosa. No deja pasar mucha luz, sino que se vuelve luminoso.

No proyecta luz como un cristal teñido y se ilumina también con poca luz. No existe un análisis químico del vidrio. El vitral verdadero aparece en el primer cuarto del siglo XII y desaparece a mediados del siglo XIII junto con el gótico.

Los que hicieron los vidrios de Chartres no eran aprendices, eran verdaderos químicos. Los conocimientos para fabricarlos provienen de los mismos documentos que llevaron los primeros templarios a la Orden del Cister. Vidrios similares se los encuentra en las abadías cistercienses, pero no coloreados. De Saint-Denis provenían los vitrales, del abad de Suger, de este lugar probablemente salieron los vitrales de Nuestra Señora de la Bella Vidriera, el Árbol de Jesé, el Triunfo de la Virgen y la Vida de Jesucristo.

Algunos vitrales provenientes de Chartres y que fueron llevados a París, Ruan, Bourges y Sens, son firmados por Clément de Chartres. No conocemos si él era el Adepto, el maestro o solo el vidriero que los ensamblaba y colocaba. Los Adeptos permanecían en el anonimato. En 1140 estaban colocados todos los vitrales de Chartres y luego el material se agota, muy probablemente por desaparición del  Adepto que dejó culminada su obra.

La luz, según la ciencia moderna, es la unión de dos cosas: las vibraciones luminosas y las partículas de energía. La partícula en la luz solar es activa, penetrante, esterilizadora, peligrosa para la vida y los cuerpos humanos se defienden de ella con la pigmentación. Cabe recordar, que ningún experimento alquímico se lo realiza a la luz del día. El experimento alquímico humano que es la iniciación busca la protección de la caverna o la cripta. Las danzas sabáticas ocurren en la noche. Jesús nació por la noche en una cueva. Los misterios griegos se celebran en la noche. No solo por ocultarse, las primeras misas fueron realizadas en cavernas o catacumbas, luego en criptas y más adelante en templos de piedra que recrean la cripta. No son por razones técnicas que las iglesias románicas tampoco estén abiertas a la luz.

¿Puede ser el vidrio alquímico un filtro que deja pasar la luz, pero retiene la partícula energética nociva a la evolución del hombre en el templo? ¿Será el cristal de antimonio, de aspecto plomizo, de las iglesias románicas un primer intento en este sentido?

En Chartres se decía que se debe rezar el rosario contemplando ciertos vitrales. Un homenaje a la alquimia se rinde en Chartres, como en todas las demás catedrales de Nuestra Señora. La alquimia está en sus rosetones, en las ventanas alargadas y ojivales situadas bajo el pórtico norte llamado el de los Iniciados. En ellos están representados: Rodeando a Santa Ana de rostro negro y que porta la flor de lis, los Adeptos notorios del Antiguo Testamento. Melquisedec, el mago caldeo que entregó a Abraham la copa santa… el Grial. Aarón, mago egipcio, hermano de Moisés que fabricó el Becerro de Oro. David, el rey músico, a quien inspiraba el Arca que contenía las Tablas de toda la ciencia. Salomón, constructor del Templo de Jerusalén, quien dejó sus conocimientos de Adepto en su libro Cantar de los Cantares.

Extrañó a muchos que los vidrieros en su tiempo podían portar espada y fueran calificados como hidalgos, pero fue al revés, el arte del vitral los ennoblecía ya que eran estudiantes de la Gran Obra, era la nobleza verdadera, la del filósofo o del Adepto. Y el signo externo de aquella caballería solo pudo serles conferido por una Orden de Caballería.

No todos los vidrios de Chartres son alquímicos, mucho fueron destruidos. Quien los destruyó fue Bridan (1773-1778). Destruyó dieciséis vidrieras, esto sucedió tras la destrucción de la galería entre el coro y el trascoro en 1762 por orden del capítulo.
 

Los Compañeros

Chatres fue construida por obreros especializados, dejaron sobre las piedras y vigas signos con sus marcas y firmas. No sabemos nada de ellos, son misterio y leyenda. Las leyendas se crean para transmitir claves que solo pocos las entienden, luego se pierden y quedan solo como leyendas.

Los constructores se unían en hermandades o gremios. Existían tres hermandades: Los Hijos del Padre Soubise, los Hijos de Maître Jacques y los Hijos de Salomón. Estas no han desaparecido totalmente. Los Hijos dejaron sus herederos, hoy conocidos como los Compañeros de los Deberes de la Vuelta a Francia, nombre que les fue dado en el siglo XIX.

Los Hijos del Padre Soubise debieron de ser fundados por un monje benedictino legendario (aunque, cerca de Poitiers, el bosque de un monasterio benedictino lleva el nombre de Bosque del Padre Soubise). Fue él quien habría enseñado a los compañeros. Recordemos que el románico es benedictino, pudiendo ser ellos los iniciadores de este arte. Los Hijos de Maître Jacques, se han convertido en los Compañeros Pasantes del Deber. Su fundador sería Maître Jacques, quien nació en una pequeña ciudad llamada Carte, actualmente: Saint-Romilly en el Midi. El padre de Maître Jacques era el maestro de obras Jacquin, nombrado maestro tras sus viajes a Grecia, Egipto y Jerusalén, donde habría ejecutado las dos columnas del Templo de Salomón (una de ellas, efectivamente, es denominada Jaquin). Los Hijos de Salomón al parecer fueron los que construyeron Chartres y no solo esta catedral, sino también una buena parte de las Nuestra Señora góticas. Este gremio fue fundado por el Cister, paralelamente a la Orden del Templo. Salomón, que era Adepto, construyó el Templo y escondió el Arca. San Bernardo, cisterciense, creyó tener el deber de desarrollar en ciento veinte sermones, a sus monjes, el libro de Adepto de Salomón: El Cantar de los Cantares; san Bernardo fundó la Orden del Templo cuyo nombre primitivo es: Templum Salomonis, del Templo de Salomón. Los cistercienses enseñan a los Hijos de Salomón.

Los Hijos de Maître Jacques parecen, en efecto, haber permanecido, cuando menos hasta pasar a la clandestinidad, en Aquitania. Sus iglesias, adornadas con el crisma de la espada o con la cruz de apariencia céltica, rodeada por un círculo, no se encuentran, salvo raras excepciones, más que en el Mediodía de Francia. Tienen, por lo demás, un estilo muy personal. Los Hijos del Padre Soubise, benedictinos, parecen más bien entregados al románico, y las marcas gremiales de los constructores del románico difieren notablemente de las de los constructores del gótico, aun cuando los monumentos sean contemporáneos. Y como hubo, necesariamente, una hermandad de constructores gótica, no puede tratarse sino de los Hijos de Salomón. Es, por lo demás, entre sus sucesores, convertidos en los Compañeros del Deber de Libertad, que ha quedado la tradición de la enseñanza de la necesaria geometría descriptiva, del «Trazo», por los monjes del Císter.

Continuaremos en la próxima edición…

EL PILAR «ESQUINADO»

La inversión de la cruz céltica, base del pilar «esquinado».


Las dos soluciones chartrenses del pilar «esquinado».


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