#ReporteFlexner


Revista Abanico Ed.17
Sección: El Bargueño

El Reporte Flexner es un estudio sobre la educación médica de Estados Unidos y Canadá, escrito por Abraham Flexner, y publicado en 1910. La Fundación Carnegie financió este proyecto. Muchos aspectos de la actual profesión médica en Norte América emergen de este reporte y sus resultados.

En él, se pide a las escuelas de medicina que mejoren sus procesos de selección y sus estándares para graduarse, y que se adhieran estrictamente a los protocolos de la ciencia convencional en su enseñanza e investigación.

Habla sobre la necesidad de modernizar y centralizar las instituciones médicas. Luego de su publicación, la mitad de las escuelas se fusionaron o cerraron. Los colegios de electroterapia fueron clausurados, la homeopatía, osteopatía, medicina ecléctica, herbología, fueron ridiculizados y muchosdoctores fueron apresados.

Así de sencillo: se secuestró, amordazó y eliminó la medicina tradicional, y creó la medicina moderna.

Pero, ¿quién lo hizo y por qué?

Nuestros lectores deben tener algo muy en cuenta. Cuando hablamos de estos temas (como ya lo hicimos en nuestra sección ASU), no quiere decir que estemos en contra de la medicina moderna o medicina occidental. Esta tiene muy buenos puntos y es necesaria durante una emergencia, pero también tiene grandes falencias, es soberbia y lamentablemente es una creación globalistaEste es el mayor problema. 

En estas líneas intentaremos responder a las dos interrogantes arriba expuestas. Para hacerlo nos apoyaremos en la investigadora y articulista Makia Freeman.

En su artículo: La Medicina Occidental es Medicina de Rockefeller – por Completo, Freeman expone a la familia más poderosa y rica, proveniente de la elite de la nobleza negra, Los Rockefeller. Tras su fachada de filántropos, se esconden intereses mezquinos, ansias de control mundial y despoblación.

Han creado o son mayoría en las Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud, Consejo de Relaciones Exteriores [CFR], Comisión Trilateral, Planned Parenthood y muchas otras que controlan e influencian al mundo entero.

Para entender el origen de la medicina moderna, debemos remontarnos a finales de 1800. John D. Rockefeller es la cabeza de familia, su poder y riqueza radica en el petróleo. Al buscar nuevas formas para capitalizar aún más su negocio, se le ocurrió usar alquitrán de hulla, un derivado del petróleo, para hacer substancias que afecten la mente, cuerpo y sistema nervioso del ser humano. Se las llaman drogas, y son excelentes para enmascarar y detener los síntomas, pero no curan la causa principal de la enfermedad.

Tiempo después compra I.G. Farben (¿les suena esta compañía?). Rockefeller vio que tenía competencia: doctores, quiroprácticos, existía la naturopatía, homeopatía, la medicina holística, herbal y otras más. Y decidió eliminarlos. Para eso contrató a un hombre llamado Abraham Flexner (un educador, no era doctor, científico o especialista médico). Flexner preparó un reporte donde concluía que existían muchos doctores y escuelas médicas en Norte América, y que todas las modalidades de medicina natural, que existieron durante cientos o miles de años, no tenían base científica y eran pura charlatanería. 

Abogó por la estandarización de la educación médica, y así, solo la medicina basada en la alopatía, y bajo la Asociación Médica Estadounidense [AMA], creada en 1847, podía recibir licencias. El congreso aprobó este reporte y lo convirtió en ley. Así se convirtió en la medicina estándar con sus únicos tres métodos de curación: sangría, cirugía y la inyección de metales pesados como plomo y mercurio.

Cabe mencionar que el cáñamo (cannabis), también fue demonizado y criminalizado, no por ser peligroso, sino porque era una gran amenaza para Rockefeller y sus industrias por su poder curativo y como fuente de energía.

La historia no termina aquí. Rockefeller, junto a otro hombre rico y poderoso, Carnegie, desde 1913 utilizaron sus fundaciones, libres de impuestos, para ofrecer grandes subvenciones a las mejores escuelas de medicina en Norte América, así muchos de sus agentes ocuparon importantes puestos dentro de estas. Sistemáticamente desmantelaron el currículo y quitaron cualquier mención al poder de curación de la medicina natural o de la importancia de hacer dieta para la salud. 

En 1946 la Ley Hill-Burton permitió la construcción y modernización de hospitales, para que brinden servicios médicos gratuitos sin discriminación. A pesar de tener muchas aristas positivas, las personas se convertían en dependientes del sistema, en especial los que necesitaban de pastillas diarias durante toda su vida. El sistema luego se convirtió en uno pagado, y los Rockefeller tuvieron clientes de por vida.

Es duro y cruel decirlo, pero cuando acudes a un médico occidental, eres visto como un potencial mercado para los productos de la industria farmacéutica. Para las grandes farmacéuticas no es bueno un paciente sano, porque es un cliente perdido. Y así no estés enfermo, ellos te hacen creer que los estas para ingresarte al sistema. 

Un ejemplo: miren a las embarazadas, terminan comprando bolsas de líquido intravenoso, pagando por monitores fetales, ultrasonidos (sistemas de radiación peligrosos para los bebes), drogas, todos innecesarios, y para concluir, hay que hacer una cesárea (que nada tiene que ver con el César romano). 

Lo curioso es que muchas de estas drogas sintéticas se basan en la naturaleza. Lamentablemente para ellos, no se pueden patentar las plantas, así que las investigan, analizan y producen químicos con pequeñas variaciones, los patentan y los venden. Esto es llamado, bio-piratería. Sus estudios glorifican las pastillas, mientras que dicen que la planta (de donde extrajeron toda la información) no sirve para nada. 

Irónicamente, la familia Rockefeller y la Familia Real Británica usan homeopatía.

Al parecer la medicina occidental perdió su objetivo principal: curar a las personas. 

En el libro Confesiones de un Médico Hereje, escrito por el Dr. Robert Mendolsohn, se cita un artículo titulado: La Maravillosa Fabrica Medica de Cleveland, ahí se dice: «LOGROS del anterior año: 2.980 operaciones de corazón abierto, 1.3 millones de pruebas de laboratorio, 73.320 electrocardiogramas, 7.770 escaneos de rayos x de cuerpo completo, 24.368 procedimientos quirúrgicos» Suena tremendo, sin embargo, ninguno de estos procedimientos se ha probado que tiene algo que ver con mantener o restaurar la salud.

Las personas al hacerse estas pruebas están sujetas a radiación peligrosa (más dinero para los Rockefeller) que daña tejidos y puede causar afectaciones importantes, esto pasa a menudo con las mamografías, diseñadas para aumentar la probabilidad de cáncer de mama.

Muchos no estarán de acuerdo con lo expuesto por Freeman, pero continuemos.

La Dra. Barbara Starfield publicó un estudio en el año 2000 donde encontró que existían 225.000 muertes por iatrogenia (causadas por médicos alopáticos) en los EE.UU. cada año. Esta cifra es solo de muertes directas, si contamos las indirectas, como lo hizo el Dr. Gary Null en 2011, en su reporte: Muertes por la Medicina, la cifra se acerca a 784.000 por año. ¡7.8 millones de personas mueren a causa de la medicina occidental cada 10 años! De 616 a 2147 norteamericanos mueren cada día gracias a la medicina occidental de Rockefeller y los medios de comunicación no dicen nada.

Reforcemos algunos puntos con otros artículos.

Ken Adachi, en su artículo: Un Resumen de las Curas Prohibidas, habla sobre el Reporte Flexner. Abraham Flexner fue contactado por John D. Rockefeller para que realice una evaluación en todo el país sobre la efectividad de las terapias enseñadas en las escuelas de medicina y otras instituciones. Rockefeller quería dominar y controlar el petróleo, los petroquímicos y las farmacéuticas (que se derivan del petróleo) Logró que su compañía, la Standard Oil de Nueva Jersey, obtenga el control de la farmacéutica alemana I.G. Farben. Atrajo a sus mayores competidores, Andrew Carnegie y JP Morgan y los hizo socios, mientras que a otros menos poderosos les vendió acciones de Standard Oil.

El Congreso aceptó el Reporte Flexner basados en la «protección pública». La Asociación Médica Estadounidense [AMA] se convirtió en la ejecutora y controladora de esta nueva ley.

Como vimos, el Reporte se utilizó para eliminar clínicas, centros de investigación, a profesionales, entre otros aspectos médicos. Algo similar se intentó en Inglaterra contra la homeopatía, pero fracasó por la intervención de la Familia Real Británica.

Ahora el control también se ejerce por medio de otras instituciones como la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer [ACS], la Asociación Estadounidense de Diabetes [ADA], la Administración de Medicamentos y Alimentos [FDA], el Instituto Nacional del Cáncer [NSI], la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos [NAS], además de juntas médica locales, agencias gubernamentales y con la total cooperación de los grandes medios de comunicación.

El investigador Luis Carlos Campos piensa igual, la medicina oficial fue creada por Rockefeller y uno de sus empleados, Abraham Flexner. Adiciona que Flexner no era ni médico y que tampoco terminó sus estudios en Harvard ni en la Universidad de Berlín. Su hermano, Simón, trabajaba para la Fundación Rockefeller. La Organización Mundial de la Salud [OMS] se basa en el Reporte Flexner, es financiada por la Fundación Carnegie, hermana de la Fundación Rockefeller. El Reporte obligó a cerrar todas las escuelas alternativas y a censurar todo lo que no fuera medicina alopática. Las facultades siguen impartiendo este dogma hasta nuestros días.

El Reporte Flexner es igual al Codex Alimentarius (El Codex Alimentarius es una colección de normas, códigos de práctica, directrices y otras recomendaciones internacionalmente reconocidas relacionadas con los alimentos, la producción de alimentos y la inocuidad de los alimentos.)

Las famosas revistas y facultades de medicina son financiadas por las mismas personas que crearon el Reporte. 

Intentan callar a cualquier médico o investigador que piensa diferente, como lo han hecho con Jim Humble y su Suplemento Mineral Milagroso [MMS], y con el Dr. Dewey que investigó los prodigiosos beneficios del ayuno. Esto ocurre día a día, la lista es interminable, pero aquí están unos ejemplos: a nadie le interesa la curación de la tuberculosis con bistorta; las terapias del Dr. Hammer (microbios) y del Dr. Bonnier (colitis, hipertensión) están prohibidas. Está prohibida la curación de litiasis con plantas, el Dr. Rouge ha sido hostigado por curar a asmáticos y reumáticos, así como el matrimonio Dupriez que cura la próstata con plantas. La FDA está en contra del uso de salicilato de cobre para curar la artritis y rechaza el tratamiento para el Síndrome de Down del Dr. Turkel. La familia Shute es amenazada por curar con vitamina E. Nadie investiga el tratamiento del Dr. Fox para la migraña. Denunciaron al Dr. Alalouf por curar enfermedades incurables, encarcelaron a André Torcque. Muchos médicos que han denunciado el SIDA han sido también encarcelados. Está prohibido el laetril, que cura el cáncer. Priessnitz, Baunscheidt, Kneipp y Hahnneman, homeópatas, condenados por sus terapias alternativas. Fustigan al Dr. Bopars por curar enfermos con cáncer, prohíben curaciones para el cáncer de los doctores Beljanski, Burzynksi, Gaston Naessens, Carlos Collado, Lorenza. Y la lista continúa…

Para terminar este artículo les dejamos con unas declaraciones del Dr. Richard Day en 1969.

Durante la reunión en Pittsburgh, el Dr. Day tocó el tema del cáncer, y lo que transmitió a su audiencia sorprendió en ese momento, y muchos lectores pueden encontrar sus revelaciones también impactantes. 

El Dr. Day dijo: «Podemos curar casi todos los cánceres en este momento [1969]. La información está archivada en el Instituto Rockefeller, si alguna vez se decide que debe divulgarse».

El Dr. Dunegan recuerda muy claramente lo que dijo el Dr. Day, porque le pareció increíble (como lo hicieron los demás asistentes) que un instituto que pudiera tratar efectivamente una de las enfermedades más destructivas conocidas por la humanidad retendría ese conocimiento.

El Dr. Day continuó: «Pero considere: si las personas dejan de morir de cáncer, con qué rapidez nos sobrepoblaríamos. Es muy posible que mueras de cáncer como cualquier otra cosa».

Creemos que los dos cuestionamientos planteados han quedado más que resueltos.

Si quieren conocer más sobre el quién, investiguen a fondo a la familia Rockefeller; si quieren conocer más sobre el porqué, investiguen detalladamente a los llamados globalistas.

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