Revista Abanico Ed.13
Sección: El Bargueño
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Todos hemos oído hablar de Arrigo Sacchi, ex entrenador de la selección de fútbol de Italia; de Herbert Chapman, ex entrenador inglés que influenció tremendamente al fútbol británico; de Jimmy Hogan, técnico irlandés considerado uno de los pioneros del fútbol en el continente europeo; o de Rinus Michels quien dirigió al Ajax, pero muy pocos han oído hablar de Valeri Vasílievich Lobanovski, a pesar de que este personaje es igual o de mayor importancia que el resto de los nombrados.
Nació en Kyiv (donde se jugará la final de la Champions League 2017-2018), el 6 de enero de 1939, desde pequeño demostró cualidades superiores, es así que al salir del colegio le otorgaron la medalla de oro en matemáticas, una materia que moldearía su vida y carrera. Estudió ingeniería en el Instituto Politécnico de Kyiv, cuando esta ciudad era el centro de la industria informática soviética. Aquí conoció sobre las capacidades de las computadoras, tema que utilizaría después en su carrera.
Jugó como alero izquierdo en el recién creado Dynamo Kyiv, era dinámico, rápido e inventivo. Durante el tiempo que jugó, años cincuenta y sesenta, se destacó en su posición, pero cuando el equipo cambió su esquema y pasó al 4-4-2 sin aleros, él nunca se acomodó como mediocampista y al final tuvo que dejar el equipo. Pasó por otros equipos hasta que se retiró a los 29 años, en 1968, e inició una carrera como entrenador que duraría 32 años, carrera que le haría acreedor de reconocimiento y fama mundial.
En su etapa como jugador, intentó hacer las cosas de forma individual, pero como entrenador, enseñaba que el fútbol es una coalición y conexión que existe entre los 11 jugadores del equipo. Dividió al juego, decía que este era un sistema de 22 elementos, divididos en 2 sistemas de 11 elementos, que se lo jugaba dentro de un área determinada y bajo las reglas establecidas.
Entrenó al Dnipro Dnipropetrovsk, no ganó grandes campeonatos, pero al tercer año lo ascendió a primera división y al cuarto logró conseguir el sexto puesto en la tabla de posiciones. Es ahí donde conoce a Anatoliy Zelentsov, un especialista en biogenética, quien se convirtió en su mano derecha.
En 1973 fue contratado como entrenador del Dynamo Kyiv. Una de las primeras cosas que hizo fue pedir un computador, a pesar de que muchos no le hicieron caso, y también por la dificultad de obtener un computador, la idea pasó desapercibida; sin embargo, cuando la computadora llegó, quedó demostrada que la idea de Lobanovski era excelente. En el libro de Jonathan Wilson, Invirtiendo la Pirámide, se describe a detalle el método de Lobanovski.
<<Todo era meticulosamente planificado, dividiendo la preparación del equipo en tres niveles. Cada jugador debía tener entrenamiento técnico individual, para así prepararlos para que cumplan con las tareas encomendadas por el entrenador durante el partido. Tácticas y tareas específicas para cada jugador fueron creadas de acuerdo a cada oponente, y una estrategia global era creada para la competición. Ponía cada juego en contexto, sabiendo que era imposible para un lado el mantener los máximos niveles por un tiempo prolongado. En una pared del club, estaban colgadas las exigencias para cada jugador. Como ejemplo, de las catorce tareas defensivas, cuatro se concretaban en la distribución del balón y el establecimiento de posiciones de ataque cuando la bola era recuperada. No existía la noción de despejar la bola a cualquier lado, ya que esto significaba perder la posesión y volver a la defensiva. Las trece exigencias para los delanteros, incluían lineamientos como la presión y la posibilidad de recobrar la posesión en territorio contrario, también estaba el movimiento del balón y la forma de sacarlo de áreas donde el oponente había acumulado jugadores>>
El ucraniano decía que su objetivo era crear una uniformidad entre jugadores, él quería que sus delanteros sean capaces de defender y sus defensores de atacar. También enseñaba movimientos previamente planeados, movimientos que quedaron incrustados en la forma de jugar del Dynamo, y eran capaces de adaptarse según las circunstancias.
Lobanovski era defensor de la regla del oro del fútbol la cual rezaba, la mejor manera de jugar mejor que tu oponente es variar el tamaño del área de juego, por ejemplo, hacer ver que la cancha sea más grande cuando se tiene la posesión del balón y más pequeña cuando no se tiene la posesión. También hacía énfasis en la actitud de un jugador cuando no está en posesión del balón. Sus equipos no tenían una táctica marcada, podían presionar y atacar, o esperar y contragolpear, esto lo hacía por su búsqueda constate de cambio.
Pero su más grande logro fue el utilizar las estadísticas y la computación. Usaba computadoras para analizar los juegos, compuso programas de entrenamiento y de evaluación del desempeño de los jugadores de una manera científica nunca antes utilizada en el fútbol. Cada jugador debía completar y realizar una serie de tareas durante el juego, si no las hacía, esto significaba que jugó mal.
Su régimen estricto y totalitario resultó en que muchos jugadores se desilusionaran y lo abandonaran. Estos y otros problemas arruinaron su carrera con la URSS, pero nada le puede quitar sus 13 títulos de liga, sus 9 copas locales, sus 2 Copas de la UEFA y su Supercopa. También alcanzó la final del Campeonato Europeo, que la perdieron con el increíble gol de Marco van Basten.
Murió el 13 de mayo de 2002 luego de sufrir un ataque cardíaco, más de doscientas mil personas asistieron a su funeral. Fue honrado con el título de Héroe de Ucrania y el estadio del Dynamo lleva su nombre. Fue el prototipo del entrenador de fútbol moderno.
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