#Aurora #Boreal y #Austral


Revista Abanico Ed.10
Sección: Sensibilidad ISO

En 1619, Galileo Galilei, acuñó el término Aurora Borealis para referirse a un fenómeno observable en altas latitudes: franjas brillantes de color formando arcos en el cielo nocturno. Aurora era la diosa romana del amanecer y Bóreas el dios del viento del Norte. Por otro lado Auster era el dios romano de los vientos del Sur. Aurora Boreal significa amanecer del norte y la Aurora Austral significa amanecer del sur.

Las Auroras que ocurren en el hemisferio norte se las llama Aurora Boreal o luces del norte y las que se presentan en el hemisferio sur se las conoce como Aurora Australes o luces del sur.


Las luces brillantes que parecen danzar en el cielo son, en realidad, colisiones entre partículas cargadas de electricidad provenientes del sol, que entran a la atmosfera de la Tierra. Estas luces se las puede ver sobre los polos magnéticos de los hemisferios norte y sur.

Se presentan de muchos colores, sin embargo, los más comunes son el verde pálido y el rosado. También se han reportado sombras de color rojo, amarillo, verde, azul y violeta. Las luces aparecen de distintas formas, a veces como parches o nubes dispersas de luz, como serpentinas, arcos, cortinas ondulantes o rayos que iluminan el cielo con un resplandor misterioso.


Las luces del norte se forman por la colisión entre partículas gaseosas de la atmósfera de la Tierra con partículas cargadas liberadas de la atmósfera del sol. La variación de colores depende del tipo de partícula de gas que está colisionando. Los colores más comunes son el verde amarillo pálido, que se produce por moléculas de oxígeno localizadas aproximadamente a 100 km de la Tierra. Es raro verlas rojas ya que son producidas por oxigeno en altitud, por encima de los 320 km. El nitrógeno produce colores azules o púrpuras rojizos.


Se ha sospechado que existe un vínculo entre las luces del norte y la actividad de la mancha solar desde 1880, pero es en 1950 que conocemos que electrones y protones del sol son expulsados hacia la Tierra por el viento solar. La temperatura sobre la superficie del sol es de millones de grados Celsius, a esta temperatura, las colisiones entre moléculas de gas son frecuentes y explosivas. Electrones y protones libres son expulsados de la atmosfera del sol por su rotación y se escapan por huecos en el campo magnético. Son llevados hacia la Tierra por el viento solar, las partículas cargadas son desviadas por el campo magnético de la Tierra, sin embargo el campo magnético terrestre es débil en cualquier polo, por esta razón algunas partículas entran a la atmosfera de la Tierra y colisionan con las partículas de gas. Estas colisiones emiten luces que son las que danzan en el norte. Estas luces generalmente se extienden a unos 80 km de altitud y llegan hasta unos 640 km sobre la superficie de la Tierra.


Como su hermana del norte, la Aurora Austral es fuerte en un centro oval en el polo magnético sur. Esto porque son el resultado de la colisión entre electrones energéticos y a veces protones y átomos y moléculas en la atmosfera superior, y los electrones toman su energía más alta por ser acelerados por el campo magnético del viento solar y el campo magnético de la Tierra.


Los científicos han aprendido que en la mayoría de las instancias, las auroras del norte y del sur son imágenes como espejos que ocurren al mismo tiempo, con figuras y colores similares.

Como ocurren en los polos magnéticos, las luces del norte han sido observadas tan lejos como el sur de Nueva Orleans en el hemisferio occidental, mientras que localidades similares en el este nunca han experimentado estas misteriosas luces. Los mejores lugares para verlas son: parte noroeste de Canadá, Yukón, Nunavut, los territorios del noroeste y Alaska, también en el sur de Groenlandia e Islandia, en la costa noreste de Noruega y en las aguas costeras del norte de Siberia.

La Aurora Austral se la puede ver en el hemisferio sur y el mejor lugar es la Antártica, a veces se las ve desde Nueva Zelanda en especial en la isla del Sur, al sur de Australia, en especial Tasmania y al sur de Chile y Argentina, a veces en Sudáfrica.


Los científicos han descubierto que la actividad de la Aurora es cíclica alcanzando su máximo cada 11 años. El invierno en el norte es generalmente una buena temporada para ver las luces. Los largos periodos de oscuridad y la frecuencia de noches claras proveen excelentes oportunidades para observarlas. La mejor hora es en la media noche. Desafortunadamente las luces del sur no son muy predecibles. No tienen un calendario, de hecho, ocurren con solo 30 minutos de antelación. El mejor tiempo para verlas es el invierno en Nueva Zelanda, de marzo a septiembre al igual que en Ushuaia, Argentina o en la Antártica o en las Malvinas argentinas, entre abril y agosto.

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