El Retrato de Casada - Libro


Revista Abanico Ed.25
Sección: El Bibliófilo

Tiempo de lectura: 3 minutos

Nuevo año, nuevos libros!

Comenzamos el 2024 con una novela de Maggie O’Farrell.

Nacida el 27 de mayo de 1972, es una novelista norirlandesa. Fue aclamada por la crítica con su primera novela, After You’d Gone (2000), que ganó el premio Betty Trask. Desde entonces, O’Farrell ha publicado varias otras novelas, entre ellas Tiene que ser aquí (2016) y Hamnet (2020).

La obra de O’Farrell es conocida por su prosa lírica y su profunda exploración de las emociones y relaciones humanas. Sus novelas suelen ahondar en temas como el amor, la pérdida y las complejidades de la dinámica familiar. La habilidad de O’Farrell para crear personajes completos y su aguda percepción de la psique humana, le han conseguido un público entregado.

Además de novelas, O’Farrell ha escrito algunas memorias tituladas Sigo aquí (2016), que ofrecen una reflexión personal sobre sus propias experiencias cercanas a la muerte. Estas memorias muestran la habilidad de O’Farrell para entrelazar relatos personales con temas universales.


Ahora, con El retrato de casada (2022), la autora del premiado Hamnet da vida al mundo de la Italia renacentista en este inolvidable retrato ficticio de la joven y cautivadora duquesa Lucrezia de Medici, quien se abre camino en una corte turbulenta.

Florencia, década de 1550. Lucrezia, tercera hija del gran duque, se siente cómoda con su oscuro lugar en el palacio: libre para maravillarse con sus tesoros, observar su funcionamiento clandestino y dedicarse a sus propios afanes artísticos. Pero cuando su hermana mayor muere en vísperas de su boda con el soberano de Ferrara, Módena y Reggio, Lucrezia se ve involuntariamente empujada a la palestra: el duque no tarda en pedir su mano, y su padre en aceptarla en su nombre.

Lucrezia, que apenas ha dejado atrás su niñez, se ve obligada a entrar en una corte desconocida, de costumbres opacas y donde su llegada no es bien recibida por todos. Quizá lo más desconcertante sea su nuevo marido, Alfonso. ¿Es el juguetón sofisticado que parecía ser antes de su boda, el esteta más feliz en compañía de artistas y músicos; o el despiadado político ante el que incluso sus formidables hermanas parecen temblar?

Mientras Lucrezia se sienta en sus ceñidas galas para un cuadro destinado a preservar su imagen durante los siglos venideros, una cosa resulta preocupantemente clara. A los ojos de la corte, ella tiene un deber: proporcionar el heredero que apuntale el futuro de la dinastía Ferranese. Hasta entonces, a pesar de su rango y nobleza, el futuro de la nueva duquesa pende de un hilo.

Con la misma belleza y emoción con la que iluminó el lienzo shakesperiano de Hamnet, la escritora vuelca su talento en la Italia renacentista en un extraordinario retrato de la lucha de una joven por su propia supervivencia.

Este es un libro sobre un cuadro, y también es pictórico. En él suceden muchas cosas bajo y alrededor de la narración superficial, del mismo modo que hay otras historias que se representan en los fondos de las pinturas renacentistas de escenas bíblicas. Al final de la historia, en un banquete en el castillo de Ferrara, Lucrecia escucha por primera vez el canto de dos castrati. Mientras escucha, la mirada narrativa se desplaza por la mesa, iluminando a un spaniel que lame un plato, a una mujer que lleva pájaros cantores disecados como adornos en el pelo, a un hombre que manipula lascivamente un cuenco de fruta. Podría ser una escena pintada por Paolo Veronese.

La prosa de O’Farrell, tan fluida como siempre, es más ornamentada que en libros anteriores. Alterna pasajes de prosa sencilla con otros ricos en cadencias musicales y profusamente decorados con imágenes y vocabulario exacerbado. Un río lame sus orillas “con lenguas ocres lassitudinas”. Un vestido habla una “glosolalia propia”, crujiendo y crujiendo, convirtiéndose en una orquesta, o en las jarcias de un barco. A través de símiles y alusiones entran en la historia más bestias, emociones más complejas. Finamente escrito y vívidamente imaginado, el libro tiene una simplicidad que hace que no parezca una novela para adultos.

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