La #Prisión de #Jesús


Revista Abanico Ed.15
Sección: El Bargueño
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Esta es la historia medieval sobre el sitio que fue la prisión de Jesús, hoy es el lugar más silencioso de la iglesia del Santo Sepulcro en la ciudad de Jerusalén. Sin embargo, cientos de años atrás el calabozo de Cristo era uno de los lugares más visitados por los peregrinos cristianos medievales.

En su artículo, <<La Celda de Dios: Cristo como Prisionero y la Peregrinación a la Prisión de Cristo>>, Anthony Bale examina la historia del lugar y el impacto que tuvo en las personas durante la Edad Media. Actualmente está localizada en la esquina noroeste de la iglesia del Santo Sepulcro. Este es el sitio, que, según la tradición cristiana, es el punto exacto donde se produjo la crucifixión, sepultura y resurrección de Cristo. Hoy, la prisión de Jesús es una pequeña capilla.

Ninguno de los Evangelios menciona un lugar donde Jesús haya sido encarcelado luego de su arresto en Jerusalén, la idea de que fue detenido llevó a los cristianos a creer que fue puesto en prisión por lo
menos por algún tiempo, y de a poco fueron buscando aquel lugar. No es hasta el siglo IX que se tiene una descripción del lugar que pudo servir de prisión para Jesús, esta descripción nos viene de un monje bizantino que se refiere al sitio como <<la sala de guardia donde Cristo estuvo detenido con Barrabás>>. En ese tiempo ya servía como una pequeña capilla.

Originalmente era una edificación separada de la iglesia del Santo Sepulcro, pero en la mitad del siglo XII, cuando la iglesia estaba en el poder de los Cruzados, se la incorporó al cuerpo principal, ahí fue rediseñada y ampliada. <<La prisión fue así expropiada de las tradiciones locales griegas>>, explica Bale, <<aceptada y rediseñada por los Cruzados como parte de su imperio espiritual, en el cual la devoción por la vida y el sufrimiento de Cristo era lo más importante>>.

Existían otros sitios alrededor de Jerusalén donde también se decía que fueron lugares donde Jesús estuvo preso antes de su ejecución, sin embargo, la capilla de la Prisión de Cristo era el más popular, atrayendo peregrinos de toda Europa desde el siglo XII. Muchos de estos visitantes dejaron descripciones del lugar, unos hablaban de que habían visto cepos donde colocaron los pies de Jesús y que eran hechos de mármol, otros de una mesa donde se realizaba el Santo Sacrificio de la Misa, otros mencionan que había cadenas en el cuarto.


No había duda sobre la autenticidad del sitio, y la Prisión de Cristo empezó a ser ampliamente asociada con la Pasión de Jesús. Bale dice, <<este encarcelamiento concordó con las ideas medievales de ser purgados mediante la dicha del dolor y el sufrimiento, algunas veces los peregrinos medievales querían sentir esta experiencia en carne propia>>.

En 1480 Felix Fabri visitó Jerusalén y dejó un vivido recuento de su experiencia en el lugar. Su guía, un musulmán, les proveyó a él y a otros visitantes una completa experiencia de estar en prisión.

<<Ahora que todos estábamos adentro, inmediatamente el sarraceno cerró la puerta de la iglesia detrás de nosotros, la trabó con candado y seguro, como los hombres suelen hacer luego de empujar violentamente a un ladrón dentro del calabozo, y se fue llevándose las llaves, dejándonos prisioneros en la más encantadora, luminosa y espaciosa prisión, en el jardín del más preciado sepulcro de Cristo, en las faldas del monte Calvario, en el medio del mundo. ¡Qué gozo de encarcelamiento! ¡Qué cautiverio más deseable! ¡Qué dulce forma de estar encerrado, que cristiano no querría estar encerrado en el Sepulcro de su Dios!>>

La Prisión de Cristo se juntó perfectamente con las creencias de los cristianos de la Europa occidental sobre el encarcelamiento, que la veían tanto como un lugar de restricción física, así como un despertar espiritual. El concepto de Purgatorio, que estaba emergiendo en esa época, era visto como un tipo de encarcelamiento, y muchas practicas cristianas occidentales, como las celdas de los monasterios, santuarios, e ideas del Dios infante en el vientre de la Virgen, todos tenían vínculos con la idea de prisión. Bale adiciona, <<estos eran lugares claves para la introspección, auto-conocimiento y desarrollo personal. Lejos de ser lugares de aniquilación, abandono o desaparición, estos sitios pequeños y cerrados son los verdaderos análogos de la Prisión de Cristo: pueden ser consideradas como celdas individualizadas de la piedad, recintos para la realización del devenir celestial, el escenario material para la peregrinación del alma. La Prisión de Cristo participó en una poética cultural en el que el encarcelamiento constructivo jugó una parte importante en la idea cristiana del heroísmo>>.

Hoy se puede conocer la Prisión de Cristo, todavía guarda la arquitectura de los Cruzados, pero su significado y creencia para el cristiano medieval ha sido olvidada.

Para quien desee leer el artículo completo de A. Bale lo pueden hacer en la página web de la Universidad de Chicago. Un agradecimiento a The Medievalist y aleteia.org por la información para este artículo.

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