#Ferias #Medievales


Revista Abanico Ed.15
Sección: Eventeando
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Hablar de ferias medievales no sólo es hablar de un evento fuera de lo común, por lo menos en este lado del globo; es hablar de una forma de vida en un período específico de la historia de la humanidad.

Y es que la Edad Media o medioevo, como también se la conoce, es una época de lo más interesante y entretenida, por lo menos vista de lejos. El medioevo se lo vive intensamente en Europa, donde la sociedad feudal era el modelo de vida y en la que los reyes eran los representantes de Dios en la tierra. Mientras todo esto sucedía en el viejo continente, en América vivían todavía los Toltecas, en la meseta central de México; los Mayas al sur de México y norte de América Central; y la cultura Moche o mochica en Perú. Entonces ya entenderán el por qué, en nuestra hermosa América, las ferias medievales son algo curioso y pocas veces visto.

Investigando sobre estas ferias, es posible afirmar que éstas eran el eje central de algunas ciudades de Europa, y eran eventos esperados por todos, desde los nobles y el clero, hasta el pueblo. Si bien su
origen data en la época del Imperio Romano, las ferias surgen con mayor intensidad en la Edad Media. Durante esta época trasladarse de un lado a otro con bienes y artículos por los caminos era bastante peligroso y también costoso. Fue así que las ferias se fueron armando en lugares específicos de ciudades y pueblos, casi siempre en las plazas centrales o cerca de las iglesias y catedrales. Viendo la acogida que tenía la compra y venta de productos, se empezó a organizar estas ferias de manera formal, con instructivos y reglamentos que cada participante debía cumplir. Es así como se convirtieron en los lugares perfectos para el intercambio de productos y bienes, llegando a ser eventos anuales y en ocasiones, bianuales. Estas ferias duraban mínimo dos a tres días, y lo interesante es que cada día era dedicado específicamente para una actividad. Por ejemplo, un día lo dedicaban sólo al intercambio de paños; otro al de cuero y del cordobán, el cuero curtido de cabras apreciado en toda Europa; otro día a diferentes artículos y último día se realizaba un balance de las transacciones. De esta forma la feria no sólo era un lugar donde la población accedía a productos nuevos, sino también un lugar para hacer negocios entre comerciantes.

Aparte del intercambio de productos, en las ferias medievales también tenían lugar representaciones teatrales, de juglares, magos y músicos. Es por esto que las ferias tenían y tienen también este ambiente festivo, y no es sólo un lugar de intercambio.

Existen datos de este estilo de ferias desde el siglo V en Francia, y 200 años después tiene lugar la feria de Saint Denis, la más conocida en Francia. Posteriormente en el año 1084 tiene lugar la primera feria internacional en Thorout.

Actualmente, las ferias medievales se siguen llevando a cabo en países como Portugal, Alemania, Dinamarca, Inglaterra e Italia pero sobre todo, en España y Francia, donde tienen lugar las más grandes y famosas ferias, como el Festival Medieval de Provins o el Mercat Medieval Vic. Existen ferias durante casi todo el año, siendo las de verano las más concurridas. En estas ferias, se sigue dando el intercambio de productos, sobre todo artesanales, lo que evidencia que la función principal de estas ferias sigue siendo la misma hasta nuestros días. Usualmente para asistir a estas ferias como expositor se debe pagar un costo por el stand o el metro cuadrado, pero también existen algunas sin costo, para las cuales los participantes sólo tienen que inscribirse, eso sí, con bastante tiempo de anticipación.

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