#Poeta José Ernesto #PuertoRico

Revista Abanico Ed.9
Edición Especial
Sección: De la Idea a la Práctica (Apoyo Gratuito al Emprendedor)


José Ernesto Delgado Hernández nació en Río Piedras, Puerto Rico un abril de 1981. Lo conocí en febrero de 2017 en La Habana, específicamente en casa de Elena y Verónica en Cojímar, ahí donde Hemingway realizaba sus torneos de pesca y por coincidencia cené por última vez con él, antes de despedirnos, en el mismo lugar donde lo hacia este escritor estadounidense. En los momentos libres que pudimos conversar lo fui conociendo a poco, me contó que era padre de familia, tenía una nena y otra por venir. A los 16 años inició su tránsito por el mundo de la poesía y las palabras inspirado en el sevillano Gustavo Adolfo Bécquer y luego en el poeta cubano José Ángel Buesa.

En 2011 publica su primera obra, Bajo la sombra de las palabras y asiste por primera vez como invitado al Festival Internacional de Poesía de Puerto Rico. Al año siguiente viaja rumbo a la República Oriental del Uruguay a participar en otro evento de poesía esta vez a La Celebración de las Artes en Montevideo. De vuelta en casa publica su segundo trabajo Tatuajes: del amor a la piel en 2013. Como un distintivo personal José lleva su cuerpo lleno de tatuajes cada uno con un significado especial y realizado en los países que ha visitado.
Y la poesía lo trajo al Ecuador, arribó a nuestro país para participar En la Senda de Hidrovo, organizado por la ULEAM. Durante este encuentro pudo recorrer gran parte de la costa ecuatoriana en especial la provincia de Manabí. Es así que en 2016 publica su último poemario La brújula de los pájaros obra que me obsequia gentilmente en Cuba y la cual está dedicada a su hija Adriana, a los pájaros, a Puerto Rico, a Manabí y a Horacio Hidrovo.
No queda más que leer sus poemas para entender su pensamiento, su visión de la vida y de su
realidad propia y nacional. Aquí colocamos solo unos pocos para que los lectores disfruten de su poesía.

A vuelo de pájaro
Hay noches como ésta o la de mañana
que dejan sus versos frente a mi puerta
como niños refugiados que huyen de la guerra
o que vienen a dejar sus recuerdos
de pieles habitadas
por nombres olvidados
cual muertos desconocidos en una fosa común.
Y yo como un pájaro azul
voy dejando la sombra de mi vuelo
tras tus pasos una lluvia de ojos
mirando hacia atrás a un hombre desangrando
poemas por sus dedos
por el voraz deseo
de aterrizar sobre tu piel.


Poema para Horacio
La palabra verde de tu poesía manabita
vino en las alas de tus niños pájaros
a darme el abrazo fresco de tus arboles de luz.
Cantor del pueblo, de la tierra que es fruta,
existe un hambre de tu voz en nuestros oídos
extranjeros
que mitigamos al recorrer la senda que se enraizó
en tus pies.
Hoy nos has visto desde tu casa de PortoViejo
lanzando una ofrenda silvestre
para la eternidad que tejió tu corazón
universal.
Y sonreíste entre los peces que comieron de tu
vida
quedando preñados del verbo que supiste
compartir
como pan de tus huesos.
Tu nombre hoy se aprieta a nuestro tímpano
para dejar los ecos de tus cantones,
y se nos repite en la garganta El Carmen, Chone y
Manta que se da en olas.
Se nos colorea en los ojos Montecristi, tu cuna
Santa Ana
que nos mece hasta el sueño de un regreso.
Horacio, te descubrí en la boca ñaña
de un milagro llamado Belén
y he vuelto a ti, a las calles montubias derramadas
en tu poesía.
Gracias por recibirme.


Portoviejo, Ecuador.
Agosto 14, 2015


Para contactarse con José Ernesto y su poesía pueden escribirle a su correo electrónico: 
Jose81Ernesto@gmail.com

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